8 consejos para padres con hijos preadolescentes

8 consejos para padres con hijos preadolescentes

Sin que te des cuenta, tu hijo se convierte en una persona totalmente diferente de un día para otro. Esta etapa conocida como ‘preadolescencia’ suele tener lugar entre los 9 y 12 años, aunque, dependiendo del niño, tarda más o menos en llegar. Lo que está claro es que muchos padres no saben qué hacer con sus hijos durante este ciclo. Esta situación necesita solución, pues cuando llega la pubertad estos cambios se intensifican mucho más. En este sentido, los hijos preadolescentes también tienen sus necesidades que hay que saber identificar.

Para afrontar esta fase, Todo Familias te ofrece 8 tips que puedes utilizar como recurso para comprender lo que le está pasando a tu hijo y cómo tratar con él.

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1. Ten paciencia

La mayoría de sus comportamientos son normales a esta edad, por lo que es imprescindible abordar esta nueva etapa con serenidad. Al fin y al cabo, los padres también han pasado por la misma fase cuando eran jóvenes, y sus padres, a su vez, han tenido que vivir esta realidad.

2. Infórmate

Es lo principal para poder sobrellevar las situaciones problemáticas que puedan ocurrir. Siempre es bueno documentarse sobre este período tan complicado que están atravesando tus hijos. Puedes ponerte en contacto con algún profesional que trabaje con niños o adolescentes, o bien con algún experto en psicología infantil. Si pinchas en el siguiente enlace, puedes consultar nuestro directorio de psicólogos. También puedes optar por hablar con otros padres o madres, pues ellos estarán en la misma situación que tú. Quizás ellos tengan otros métodos que puedan ayudarte a ti también.

3. Conoce a tu hijo

Sí, crees que ya le conoces a fondo, pero al estar en continuo cambio, es muy posible que su personalidad evolucione de un día para otro. Esto lo puedes notar en su forma de vestir, de expresarse o de actuar, entre otros aspectos. Pregúntale sobre sus nuevos gustos o sus hobbies. Seguramente te hablará de cosas más modernas que quizás estén fuera de tu alcance, por lo que también deberías engancharte a las nuevas tecnologías y ver lo que está de moda para sacarle temas de conversación, pero lo más importante es que le des importancia a lo que es valioso para él. Escucharle es sustancial.

4. Respeta su intimidad

Durante la preadolescencia y en adelante, la privacidad será algo fundamental para tu hijo. Es importante que le dejes su espacio, no agobiarle con preguntas demasiado concretas de lo que hace o lo que deja de hacer. No quiere decir que te desentiendas de él por completo, pero con saber dónde va o con qué amigo está, sería suficiente.

5. Deja que se equivoque

Ya no es necesario tener vigilado a tu hijo 24 horas al día como cuando era pequeño. Al principio, cuesta romper con la rutina de protegerles de todo lo que les pueda pasar, pero la etapa de la preadolescencia ya les brinda poco a poco cierta independencia emocional de sus padres. Ellos son los que deben aprender por sí solos algunos aspectos de la vida, pues gracias a esto, podrán aprender de sus errores para no volver a cometerlos en el futuro. A su vez, esto también servirá de cara a cuando tengan que volar del nido y no tengan a sus padres cerca.

6. Demuestra afecto, pero de manera más sutil

Uno de los rasgos más característicos de un hijo preadolescente es que suele rechazar las muestras de cariño de sus padres, a diferencia de cuando era más pequeño, sobre todo las que se hacen en público. Sin embargo, esto es muy normal. Aunque las sigan necesitando, no quieren o les cuesta exteriorizarlo. Por ello, en vez de darle un beso en la mejilla o un abrazo, puedes hacerle un toquecito o pellizco cariñoso en la cara. O incluso, basta con regalarle una sonrisa de vez en cuando para decirle cuánto le quieres.

7. Comparte actividades con tu hijo

Por mucho que quiera juntarse más con sus amigos, tienes que dedicarle tiempo. Proponle planes que sepas que le pueden gustar para hacer juntos, como apuntaros a clases de baile, salir a pasear o, del mismo modo, si tenéis perro, dar una vuelta con él. Esto ayudará a generar un vínculo especial entre vosotros y encontrar algo en común que podáis compartir.

8. Establece ciertas normas

Es cierto que debes dejarle cierta libertad a tu hijo, pero es necesario mantener unas reglas básicas para garantizar su bienestar, bien sean pautas de alimentación, de horas de sueño, de estar en la calle o de utilizar el móvil y las consolas. Para no ser tan estrictos, podéis negociar el rango de horas antes de establecerlas, lo que permitirá que tu hijo sea más receptivo a dichas normas.

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