Bebés: síntomas de enfermedad y cómo actuar

Bebés: síntomas de enfermedad y cómo actuar

Los hijos son siempre una preocupación, pero cuando son bebés y, además, si eres padre o madre primerizo, el estrés y la intranquilidad es mucho mayor. Uno de los temas más preocupantes y que más angustia le produce a los padres es cuando los pequeños se ponen enfermos. Puede ser un resfriado, fiebre, vómitos, estreñimiento… Ante cualquier cosa, hay que saber qué hacer, cómo actuar y cuáles deben ser los pasos a seguir.

Síntomas de enfermedad

Los bebés presentan cambios notables cuando están enfermos, por lo que si ves que se altera su nivel de actividad o varía su comportamiento como letargo o irritabilidad, puede ser que presenten algún problema de salud.

Algunos de los síntomas que puedes ver y con los que deberías llamar al pediatra son si el pequeño tiene fiebre, llora de forma no habitual y desconsoladamente, está apático, sufre convulsiones, tiene aspecto de estar dolorido, tiene algún tipo de erupción, está pálido o ruborizado, tiene dificultades al respirar o presenta una respiración acelerada. También si los labios y las uñas se tornan azules, se niega a amamantar o tomar el biberón, presenta problemas al tragar, tiene vómitos o diarrea, tortícolis, fontanela abultada, letargia, abdomen o testículos dolorosos e hinchados, deja de caminar, deshidratación o estreñimiento.

Algunos casos más detallados

– El bebé defeca heces particularmente blandas y acuosas más de tres veces

– Vomita fuerte después de la alimentación o si no ha podido retener líquidos durante ocho horas

– Si tiene un resfriado que interfiere en su respiración, síntomas durante más de 10 días, dolor de oído o tos durante más de una semana

– Fiebre superior a 38ºC

– El bebé deja de comer bien en más de dos ocasiones seguidas o no se despierta para alimentarse

Llanto desconsolado que dura entre dos y tres horas

Fiebre

Esto puede ser un grave problema en los recién nacidos, en cambio si los bebés tienen más de tres meses, no tiene por qué serlo. Las formas de medir la temperatura puede ser en el recto o en la axila, siendo un método más preciso el primero. En caso de medir la temperatura en el recto, una temperatura normal va de 36,6 a 38ºC, mientras que si se toma en la axila, el rango normal va de 36,7 a 37,5ºC.

Los termómetros orales no son recomendables hasta que los niños tienen cuatro años. Al igual que no se deben usar termómetros en el oído para bebés recién nacidos y lactantes, ya que los resultados no suelen ser fiables. Estos pueden usarse a partir de los dos años de edad. En cuanto a los termómetros de cinta, lo mejor es no usarlos para ninguna edad, puesto que son inexactos.

La fiebre es causada porque el organismo del bebé está luchando contra una infección. La elevada temperatura dificulta la supervivencia de las bacterias y los virus. Por lo general, se asocia con enfermedades como resfriados, dolor de garganta o infecciones de oído, pero a veces puede ser signo de algo más grave, o simplemente puede provocarse por agotamiento térmico o una insolación.

Resfriados

Los resfriados son muy comunes en los bebés y la mayoría sufren de 8 a 10 resfriados antes de los dos años, pero no suelen llevar a trastornos graves. Los síntomas suelen ser congestión nasal, tos, estornudos y fiebre baja, los cuales acaban desapareciendo en la mayoría de los casos. Generalmente, dar mimos y cuidados al bebé será suficiente. En el caso de que los síntomas empeoren, como tener dificultad para respirar, más de 38ºC de fiebre o el niño pasa a actuar de forma que no es normal, se debe llamar al médico.

¿Cómo informar de los síntomas?

La mejor forma de comunicar al médico cómo se encuentra tu bebé requiere los siguientes datos:

  • Tiempo estimado en el que se ha dado la situación
  • Cuánto tiempo hace que han comenzado los síntomas
  • Si vas a urgencias, deberás dar datos como la edad del bebé/niño y describir las condiciones previas o cualquier duda respecto a su salud
  • Si tiene fiebre, el pediatra debe saber cuál es la temperatura y cuánto tiempo se ha mantenido elevada

Otro tipo de información:

  • Cambios en la alimentación o las deposiciones del bebé
  • Los medicamentos o remedios caseros que se han usado: qué, cuánto y con qué frecuencia
  • Posibles exposiciones a personas enfermas

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