Apego infantil: qué tipos existen y cómo conseguir un apego seguro
El apego infantil es una de las piezas angulares que afectan al desarrollo de la vida de los más pequeños. Es el vínculo afectivo que crea el peque con el padre y la madre, y que afectará en un futuro en sus relaciones sociales. Es por ello que, desde Todo Familias, te explicamos los tipos de apegos y cómo evitar los apegos perjudiciales.
Tipos de apegos
El apego juega un papel fundamental en los niños, principalmente en los momentos en los que estos sienten ansiedad. La función de este es asegurar el cuidado, formar la personalidad de los niños y el desarrollo psicológico.
Existen principalmente 4 tipos de apegos que se dan durante toda nuestra vida:
– El apego seguro:
Caracterizado por la incondicionalidad. Con este tipo de apego, el niño se siente seguro de que su cuidador o cuidadora no va a fallarle. Es el tipo de apego más sano que se puede dar.
Con este tipo de vinculación, el peque se siente seguro de que su cuidador le quiere y le ama, así que deposita toda su confianza en el hecho de que aunque se vaya, volverá. Su ausencia solo les genera intranquilidad, la cual desaparece una vez el cuidador vuelve.
En esta modalidad, los niños se sienten validados emocionalmente y seguros para relacionarse con el mundo que les rodea.
-El apego inseguro:
Este tipo de apego suele generar angustia. La relación paterno-filial o materno-filial es intermitente, por lo que el menor no sabe cuando va a recibir apoyo por parte del cuidador y cuando no, generando ansiedad.
Los niños con este tipo de apego suelen sentir bastante miedo a ser abandonados. Es por ello que tanto la partida como la llegada del cuidador les genera ansiedad, y suelen vigilar bastante su entorno para evitar ese abandono.
Suelen ser bastante inseguros y les da miedo relacionarse con el mundo que les rodea. Las personas de adultos con este tipo de apego suelen desarrollar dependencia emocional, y un temor exacerbado a que sus parejas y amigos no les amen. Además, suelen desilusionarse con sus relaciones ya que esperan una mayor intimidad de la que llegan a conseguir.
-El apego evitativo:
Se produce cuando uno de los cuidadores no le da la seguridad suficiente al menor y este decide generar una total autosuficiencia. Esta independencia no hay que confundirla con seguridad, ya que estos niños han demostrado presentar una gran cantidad de estrés.
Además, en la edad adulta suelen tener dificultades para llegar a intimar o implicarse emocionalmente en sus relaciones.
-El apego desorganizado:
También conocido como no apego. Se suele dar en las situaciones donde se produce una total negligencia por parte de los padres y/o cuidadores, y es una mezcla entre el apego inseguro y el evitativo.
Los peques con este tipo de apego suelen sentir ansiedad ante la presencia y la ausencia del cuidador. Son niños con tendencias a crear relaciones obsesivas, explosivas o compulsivas.
¿El apego puede cambiar ?
La respuesta es sí. El apego que generamos de pequeños no es algo totalmente inmutable, y puede ir modificándose con el tiempo y las relaciones que creamos con otras personas.
Por ejemplo, una persona puede generar durante su infancia un apego ansioso y, debido a sus relaciones saludables de pareja y circulo íntimo de amigos, cambiarlo hacía un apego seguro por el aprendizaje de conductas que estos le muestran, y viceversa.
Como generar un apego seguro:
–Atender a las necesidades primarias del bebé: es importante que te haga responsable, emocional y físicamente, de aquello que el bebé exige y necesita. Darle el biberón cuando tiene hambre, jugar con él, o incluso dormirlo cuando tiene sueño creará vínculos seguros con el padre, madre o cuidador.
–Ofrecer contacto físico y emocional: el contacto físico es bastante importante para hacer sentir al bebé que es importante que merece ser querido por los demás. Sentir la calidez de un abrazo, la dulzura de una mirada o cualquier elemento que le demuestre que estás ahí para él y que es una prioridad.
-Ayudar a calmarlo: en los momentos en los que el bebé sienta ansiedad trata de estar para él. Muéstrale cómo lidiar con sus emociones y que es importante para ti, que eres un lugar seguro al que acudir en caso de necesidad.
–Mostrarse tranquilo antes las necesidades del peque: el apego seguro se basa en confianza. Para conseguir esto es importante mostrarte ante el peque con calma ante cualquier situación que les pueda dar a ellos ansiedad. En definitiva, mostrarte como un pilar seguro al que acudir ya que sabrá que hacer.
– Sé responsable con sus necesidades por tu ausencia: demuéstrale que le has echado de menos y que le quieres. Acciones tan simples como darle una abrazo al llegar y decirle lo mucho que le has echado de menos, ayuda bastante a crear este tipo de apego.
Ante cualquier duda que te pueda surgir sobre los tipos de apegos, puedes acudir a un profesional de la salud mental consultando nuestro repositorio de psicólogos infantiles en Todo Familias.
